Foto: Caramelos y Turrones La Elisa.

Los productos típicos de Hellín hacen referencia especialmente a la gastronomía y a la artesanía de la localidad. El aceite de oliva que se elabora en las almazaras de Hellín es un producto de excelente calidad, galardonado en muchas ocasiones con la Medalla de Oro al mejor aceite de Castilla-La Mancha. Los vinos, pertenecientes a la Denominación de Origen Jumilla, son también uno de los productos destacados y constituyen una buena opción para regalar por parte de los visitantes.

No podemos olvidar incluir entre los productos típicos el arroz «Bomba», considerado como uno de los mejores del mundo y que se cultiva en los arrozales de nuestras vegas. Los embutidos y quesos son ideales para acompañar la deliciosa miel de romero que se recoge en las colmenas de los montes de la zona y se comercializa en estado puro.

Pero el producto estrella de la ciudad es el caramelo, concretamente el del Congreso, junto a otros dulces como las peladillas o los turrones. En Hellín existen familias que se dedican a su fabricación desde hace siglos, siendo La Elisa y La Pájara dos de las marcas más conocidas fuera de nuestra ciudad. Los más conocidos son los caramelos cilíndricos de diferentes sabores envueltos en papel rojo y blanco, que se elaboran a partir de una de pasta compuesta a base de agua, azúcar y alguna esencia. Por su parte, los del Congreso, compuestos por agua, miel y yema de huevo, llevan ese nombre por la fama que adquirieron cuando D. Juan Martínez Parras, alcalde de Hellín y diputado, decidió llevarlos al Congreso de los Diputados.

Caramelos del Congreso. Foto: Caramelos y Turrones La Elisa.

Por último, en cuanto a los productos gastronómicos se refiere, recomendamos probar las patatas fritas Rodas que se hacen de forma artesanal; las empanadillas con patata, atún, tomate y huevo; los rollos de milhoja; las tortas de jamón; y los panecicos dulces y el mojete, elaborados especialmente en Semana Santa.

Tambores artesanos. Foto: Tambores Navarro.

Por otra parte, la artesanía destaca por los trabajos en esparto, cerámica azul y blanca, y tambores. Para la elaboración de estos últimos, existen grandes artesanos que se dedican a ello durante todo el año, pero incrementan su producción en los meses anteriores a Semana Santa. Entre los artículos de esparto se puede encontrar cestería, elementos decorativos, cachuleras o bolsas para coger caracoles, etc., aunque actualmente hay muy pocas personas dedicadas a ello. Y finalmente, en lo que respecta a la cerámica, se trata de lozas con apariencia morisca y simplicidad funcional: fuentes redondas, platos de diferentes tamaños, jarras, especieros y alguna bacía de barbero.