A través de esta ruta, el visitante viajará ocho siglos atrás, a la época en la que los árabes dominaban Hellín. Podrá observar la huella islámica marcada en la trama urbana y arquitectónica del casco antiguo de la ciudad a través de estrechas calles y plazas, de las viviendas del casco histórico y de los escasos vestigios del Castillo Almohade.
El recorrido comienza en la calle Asunción, bajo el Arco del Salvador, por ser ésta la zona que marcaba la frontera entre el casco antiguo, declarado Bien de Interés Cultural en 2007, y el ensanche de Hellín que tuvo lugar entre los siglos XVII y XVIII. Continuando por las escaleras de la calle Rosario nos adentramos en el Cerro del Castillo, lugar donde tuvo su origen la actual ciudad tras ser abandonado el Tolmo de Minateda alrededor del siglo IX. A mitad de esta calle, se pueden observar restos de la muralla de la antigua fortaleza y que fueron reutilizadas como paredes traseras de algunas viviendas.
Al finalizar esta calle, llegamos al punto más alto del recorrido y en el que se situaba en Castillo Almohade de Hellín. Éste fue construido entre los siglos XI y XII, y era un recinto de planta poligonal con torres de planta cuadrangular donde es posible reconocer varias torres y lienzos de muralla. Se trataba de una fortaleza que servía de atalaya y refugio temporal a los habitantes ante la previsible llegada de enemigos. Actualmente quedan escasos vestigios debido al desmantelamiento que ha sufrido desde el siglo XV y a su reutilización como cárcel, cantera, polvorín o depósito de agua. Tomando la bajada que conduce a la calle Salvador, se puede observar la toponimia referida a las diferentes partes que conformaban el Castillo, como las calles Cinto y Foso.
Continuando por la calle Puerta de Alcaraz, encontramos una torre exenta de muralla y a modo de adelantamiento conocida como torre albarrana, cuya función sería la de recoger el agua procedente del norte de la ciudad y repartirla entre la población.
Si seguimos caminando, tras recorrer la calle Pozo de los Perros y Pichón, llegaremos a uno de los puntos más representativos del casco histórico, la Plaza de la calle Ánimas. Desde esta zona, conocida como Peña Caída debido a los constantes desprendimientos de rocas, se pueden observar los restos de la torre principal del Castillo además del ábside de la Ermita del Rosario.
Retrocediendo sobre nuestros pasos, tomamos la calle Mensaje donde se pueden observar las viviendas características del casco histórico. Se trata de casas humildes, de una o dos plantas, que suelen estar pintadas en blanco y azul y que solían disponer de patios dedicados a la cría de animales.
Finalmente, tras atravesar la calle Barrio Nuevo, nombre que se debe a que fue una de las primeras en romper el cerco amurallado del castillo, llegaremos al Callejón del Beso. Ésta es la calle más estrecha de toda la ciudad, cuyo nombre parece datar de época musulmana, y en la que destaca la vivienda de Mascuñán entre los números 3 y 7. La importancia histórica de esta casa reside en el hecho de que Carlos I se alojó en ella en el año 1541.
Tras realizar esta ruta, el visitante será consciente de la profunda huella marcada por el mundo islámico tanto en la arquitectura como en la trama urbana del casco histórico de Hellín.